Mi
familia constantemente solía preguntarme a quien escribía en el celular o el
ordenador. Una pregunta que, en el pasado era esquivada con mucha frecuencia.
Entiendo que se preocupen por mí. Hoy en día las redes están congestionadas de
cualquier tipo de personas. Desde inofensivos hasta nocivos.
Pienso
que lo más importante es saber resguardar la información. Aunque nunca es
suficiente. Incluso las fotografías pueden llegar ser rastreadas.
Internet,
al ser una red tan extensa puedes encontrar a muchas personas con tus mismos
gustos. No me siento orgullosa, pero si feliz al conocer a un grupo de personas
que comparten el mismo gusto por la lectura.
Quizá no
haya sido la elección más prudente que he tomado, pero valió la pene conocer
personas que me hacen reír con sus torpes ocurrencias. Por supuesto que lo
único que conocen de mi es mi primer nombre y mi edad. Y quizá, eso sea lo
único que llegue a saber de mí.
Despues
de haberlas conocido, no he intentado escribir a nadie más. Mi temor como
la llama del fuego. No sólo pondría en peligro a mi vida, sino tambien a mi
familia y a las personas que me rodean.
No,
definitivamente no ha sido mi elección más inteligente. Y más aún cuando pones
tu corazón en ello. Este ha sido el error que me ha vuelto en una persona
feliz, no es que no fuese ante feliz. Pero es un tipo de alegría diferente que
pienso aprovechar cuanto pueda.